“Six litanies for Heliogabalus" 2007. Este disco llegó a mis manos hace poco y quedé completamente desconcertado y extasiado por la fuerza brutal que emana. John Zorn (Hoy cumple 54 años) se complace en presentarnos un disco inspirado en Heliogabalus, quien fuera un emperador romano que tenía como perversa costumbre ahogar a sus enemigos en un mar de pétalos de rosas.
Como preámbulo para aquellos melómanos que desconocen de la existencia de John Zorn, debemos señalar que Zorn es un músico visionario y genial, saxofonista magistral, maestro en el arte de sorprender con sonidos fuera de lo común, que redescubre para sus aficionados la música en todos sus gamas, música concreta, aleatoria, electrónica, serial, etc.; sus proyectos son muchos y de un corte radicalmente opuesto entre unos y otros (Tiene más de 100 discos en su haber) entre ellos: Masada, Naked City, Painkiller, sin olvidar sus colaboraciones con el demente de Mike Patton; Zorn es un músico completo, un predicador del Free Jazz en sus más extremas sonoridades.
Lo acompañan para esta obra, Ikue Mori (una música contemporánea a quien se le debe prestar mucha atención), Trevor Dunn al bajo y Joey Baron en la batería, y en la voz la locura a cargo de Mike Patton (Faith No More). Son 45 minutos divididos en 6 (VI) letanías sonoras, llenas de potencia con una intensidad que rebosa cualquier parámetro que uno por costumbre espera recibir; ya en la parte interior del disco Zorn realiza una declaración de principios: “Los secretos más poderosos se revelan por medio de la intensidad y las experiencias extremas”.
Leí un comentario que resume el ambiente del disco: “…Estas letanías son una misa negra de pavor, un canto al límite, un bálsamo para correr entre la noche entre cipreses y sombras tenebrosas mientras las rosas son despedazadas por el olor de la energía vital que se consume al cerrar la vida su contrato de futuro. John Zorn, un superviviente, rara avis necesario, un demiurgo que convierte el teatro en una plataforma de dolor necesario. Oíd, oíd el sonido del corazón al ser traspasado por la rabia…”
Melómanos conservadores que disfrutan de melodías hermosas y placidas, abstenerse; aquellos que disfrutan con proyectos arriesgados de sonidos experimentales, melodías armadas a bases de gritos, susurros, instrumentos yuxtapuestos que forman una paleta sonora visceral, apabullante, demencial y ruidosa, acá estarán en su salsa.
Si disfrutas con el sonido de un clavo raspando un fierro oxidado, o con la tiza que raya una pizarra gastada, esto es para ti;…. que vamos hacer, la vanguardia es así.
Aldo Enrique Vaughan
Disponible:
http://rapidshare.com/files/52922659/John_Zorn_-_Six_Litanies_For_Heliogabalus_2007.rar.html
Como preámbulo para aquellos melómanos que desconocen de la existencia de John Zorn, debemos señalar que Zorn es un músico visionario y genial, saxofonista magistral, maestro en el arte de sorprender con sonidos fuera de lo común, que redescubre para sus aficionados la música en todos sus gamas, música concreta, aleatoria, electrónica, serial, etc.; sus proyectos son muchos y de un corte radicalmente opuesto entre unos y otros (Tiene más de 100 discos en su haber) entre ellos: Masada, Naked City, Painkiller, sin olvidar sus colaboraciones con el demente de Mike Patton; Zorn es un músico completo, un predicador del Free Jazz en sus más extremas sonoridades.
Lo acompañan para esta obra, Ikue Mori (una música contemporánea a quien se le debe prestar mucha atención), Trevor Dunn al bajo y Joey Baron en la batería, y en la voz la locura a cargo de Mike Patton (Faith No More). Son 45 minutos divididos en 6 (VI) letanías sonoras, llenas de potencia con una intensidad que rebosa cualquier parámetro que uno por costumbre espera recibir; ya en la parte interior del disco Zorn realiza una declaración de principios: “Los secretos más poderosos se revelan por medio de la intensidad y las experiencias extremas”.
Leí un comentario que resume el ambiente del disco: “…Estas letanías son una misa negra de pavor, un canto al límite, un bálsamo para correr entre la noche entre cipreses y sombras tenebrosas mientras las rosas son despedazadas por el olor de la energía vital que se consume al cerrar la vida su contrato de futuro. John Zorn, un superviviente, rara avis necesario, un demiurgo que convierte el teatro en una plataforma de dolor necesario. Oíd, oíd el sonido del corazón al ser traspasado por la rabia…”
Melómanos conservadores que disfrutan de melodías hermosas y placidas, abstenerse; aquellos que disfrutan con proyectos arriesgados de sonidos experimentales, melodías armadas a bases de gritos, susurros, instrumentos yuxtapuestos que forman una paleta sonora visceral, apabullante, demencial y ruidosa, acá estarán en su salsa.
Si disfrutas con el sonido de un clavo raspando un fierro oxidado, o con la tiza que raya una pizarra gastada, esto es para ti;…. que vamos hacer, la vanguardia es así.
Aldo Enrique Vaughan
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