miércoles, 18 de febrero de 2009

Perú 0 - 0 Drexler

Hay cosas de las que te puedes arrepentir toda la vida. Puedes hacer algo cuyas consecuencias lamentaras por siempre o hasta que el tiempo se encarga de borrarlas. Pero las cosas que dejas de hacer, esas son las que ni el tiempo ni los cambios pueden desaparecer de la memoria.

El sábado 13 de Octubre de 2007 será siempre un día muy recordado para mí. Tanto así que recuerdo muy bien todas las cosas que hice y sobretodo las que no…

Amanecí muy temprano en el canal para el arranque de las Eliminatorias para Sudáfrica 2010. Jugábamos ante Paraguay y me tocaba hacer enlaces desde los paraderos de los buses que iban al estadio y luego seguir a la delegación rival desde su concentración, en el Swisshôtel, hasta su partida hacia el Monumental. Toda una previa cargada de expectativa de lo que podía dar nuestra aun esperanzadora selección.

El partido era a las 8 de la noche y el concierto de Jorge Drexler a las 9 pm. No había mucho que pensar. Definitivamente y, pese a mi extrema afición por el fútbol, la decisión de perderme el partido ya estaba tomada.

A las 6 de la tarde ya Uruguay goleaba 5 - 0 a Bolivia, en un partido que yo seguía por radio, mientras que Riquelme ya soñaba con hacer los dos goles de tiro libre en la victoria de Argentina sobre Chile. Yo estaba en el hotel esperando que Paraguay saliera hacia el Monumental para terminar mi trabajo con la partida del bus.

Y así fue. Minutos después el “Tata” Martino y los paraguas salieron silentes sin hacerle caso a al prensa presente. Era de esperarse. Me fui al canal a entregar unas cintas recoger mi carro y, claro, previa a mi huída hacia el Anfiteatro de la Católica tenia que pasar a saludar a mi abuela. Su cumpleaños es el 13 de Octubre, otro motivo por el que esa fecha se me hace inolvidable.

Torta, abrazos, fotos, “happy birthday to you…”. Eran ya las 8 de la noche. Comenzaba el partido y me quedaba una hora para llegar al concierto. Sonó mi celular.

Javier, un amigo del colegio que radica en gringolandia había llegado al Perú, y me había estado llamando todo el día a mi casa para invitarme a ver el partido, hasta que consiguió mi celular. No lo veía hace 5 años.

El plan era ver el partido con varios amigos del colegio y de ahí salir. Y esa opción triunfo sobre la de ir al concierto solo. Mas por la idea de estar acompañado antes que exponer, ante algunas letras de Drexler, los recuerdos y emociones que derivaron en esa soledad.

Fui a la casa de Javier. Remate al palo de Vargas, un inspirado Butrón y el sinsabor del 0- 0. Salimos. Reencuentro. Tragos. Algunas llamadas desconcertantes y otras alentadoras. De regreso a mi casa, el arrepentimiento. Las dos entradas enteras en la guantera del carro me recordaban que no fui a ver a Jorge Drexler. Y hoy, al escucharlo después de tiempo, lo lamento.

2 comentarios:

  1. post concierto de drexler: llamadas "sacapiqueras" de la chata contando que el concierto empezó con 12 segundos de oscuridad y una luz nos acariciaba el rostro exactamente cada 12 segundos, emulando "el haz de luz, para que se vea desde alta mar..."
    Ya volverá, ya volverá!!!
    :)

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  2. yo me alegro de haber visto el partido y si haber ido al concierto, cantó El Surco de Chabuca, muy humilde el tipo, parecía no creer que tuviera tanta fanaticada...

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