lunes, 29 de marzo de 2010

“All we need is… Just a little Patience”

Casi no voy al concierto de Guns n Roses. Es más, nunca lo tuve planificado e incluso mis justificaciones para no ir se hacían cada vez más sólidas con el tiempo. No quería esperar tanto a Axl (no soy fan), además, la posibilidad de que no haya concierto también existía. Nunca pensé en comprar entradas, ni siquiera de reventa. Nunca digan nunca, ese el consejo.



Live and let die

El sol salió demasiado temprano para mí ese día. Una semana muy complicada y llena de cambios y pensamientos encontrados. Para crecer hay que cambiar… Para cambiar hay que volver a las cosas que nos gusta hacer y nos emocionan, partir desde ahí. Yo me quedo con jugar fútbol, con la música, escribir y, lo admitiré, con la buena comida (incluyendo la Coca Cola que había ya dejado hace unos días).

A las 9 de la mañana ya estaba comiendo una hamburguesa en Kio de San Miguel, algo que me encantaba hacer y sobretodo me remonta a mi infancia cuando con mi mama, mi hermano, mis tíos y mi abuela tomar desayuno ahí era una cosa de todos los días. Y ahora se que ese recuerdo es más rico que la propia comida.

A las 9:50 llegué a la cancha para jugar fútbol. Estuve conversando con la gente, cosa que pocas veces hacía en los últimos días, hasta que llegó la pregunta del día. “¿Vas a ver a Guns n Roses ahora?”

Después de pensar (demasiado) mi respuesta, seguí mi línea de evasión inteligente. “Cuando Axl llegue a Lima voy a pensarlo”, sentencié. Sembré la duda con mi frase y las otras dos personas que querían ir al concierto se alinearon en mi desconfianza. La llegada de Axl sería el nuevo punto de partida para una nueva negociación de ir juntos a buscar la reventa.

A las 10:30 ya estaba jugando. Con toda la emoción del mundo y como si fuera la última vez en mi vida. No pare de correr durante toda la hora y escuchar que fui la figura del partido (no lo escuchaba hace mucho tiempo), y de un partido que ni siquiera ganamos, me devolvió la esperanza de volver a jugar más de una vez por semana.

Me bañé. Salí. No moví mi carro a la cochera del canal. Lo dejé afuera esperando un almuerzo que nunca llegó. Yo encontré otro de sorpresa y de un cumpleaños que casi había olvidado. Nuevamente la misma pregunta y la misma respuesta.

Welcome to the Jungle

Facebook a las 3pm. Conciertos Perú publicaba en su muro la noticia de que Axl ya había llegado. Nuevamente la invasión de ideas. Estaba cansado, necesitaba un café para pensar mejor. El café nunca llegó, tampoco pensé mejor.

Una conversación más tarde me devolvió las ganas de cambiar. Sin embargo, eran las 7 de la noche y mis mas de 12 horas despierto, con fútbol incluido, se devoraban mis ganas de hacer más largo el día. Aunque ya había pactado, muy congruente con mi respuesta de la mañana, que las 9:45 pm sería la hora de partir con mis dos compañeros en busca del rock and roll. Algo de lo que yo estaba poco seguro.

Knockin' on Heaven's door

Casi eran las 9 pm y no tenía ninguna decisión tomada. Mientras bajaba las escaleras sentí las ganas de que una Coca Cola helada escuchara mis dudas. Y mientras la tomaba lo hizo.

Noticias y llamadas mientras trabajaba me confirmaron que el concierto empezaría más tarde de lo previsto y que de la hora no me debía preocupar. Ahora solo era cuestión de decidir. Y creo que fue una decisión más profunda de lo que esperaba. Ir al concierto era lo que necesitaba para regresar a mi cancha y avanzar. No me daba cuenta de eso aún.

A las 9:30 conversaba con uno de mis compañeros por el Facebook. Casi desganado le dije que no iría. Me comprendió el cansancio inmediatamente. Pero el último sorbo de Coca Cola me hizo cambiar de idea. “A las 9:45 salgo” le dije. No había pedido permiso para esto. Lo hice de inmediato. Me fui.

Salimos como a las 10pm. No me acordaba donde había dejado mi carro. Pero lo encontré como lo deje en la mañana. Salimos en busca de un cajero ya que dos de los tres no teníamos efectivo. Globalnet no está en todos los lugares como parece. Tuvimos que ir hasta el de por mi casa (a la segura) porque el que visitamos inicialmente estaba malogrado. Fuimos al grifo de toda la vida y un six-pack apareció en mi carro después de mucho tiempo.


“The Killers en Lima” fue el soundtrack del viaje por Ferrero hacia el Monumental, como buen recuerdo del último concierto al que he ido. Es raro. Yo vivía para eso. No fui a Metallica, no fui a Cranberries, me quede con las entradas para Dream Theater en la mano. ¿Qué me pasó?

Todo iba bien. Y mejor con dos chelas encima. Llegamos sin problemas. Solo un par de giros prohibidos y una luz roja olvidada, cosas propias de la hora y el apuro. Pisamos el Ovalo a las 11:30 casi, pero no había revendedores ni Axl en el Monumental.

It’s so easy?

Lo único que sabíamos es que no estábamos ahí por las puras. Teníamos que entrar, a estas alturas, dónde era lo de menos. La seguridad era extrema y nos dijeron que pasando la primera tranquera podía haber algo. No sé como pero la pasamos. Un descuido del VIP y los tres estábamos adentro sin entrada en mano.

El panorama era el mismo en esa zona. La gente preguntaba por las entradas, los revendedores jugaban con la emoción de la gente. Los fans molestos criticaban la organización del evento. Nosotros nunca perdimos la paciencia.

Sin embargo, el milagro llegó. Una llamada al celular de uno de mis compañeros anunciaba que dos entradas para “Chinese Democracy” estarían llegando a nuestras manos enviadas por la misma organización del evento. Su enamorada tenía un contacto, lo usó y resultó. Salieron las entradas y el entro con una, deseándonos suerte de vernos adentro.

Quedamos dos y una entrada. La consigna era entrar los dos, aunque sea más atrás. Luego de una búsqueda inteligente y, con una solidaridad propia de dos soldados en plena guerra, un revendedor anunciaba que tenía entradas adelante. Nos dio el precio y sin dudar le pagamos mitad-mitad, la demás gente se quedó atrás por pedir rebajas.


Teníamos los dos entradas en mano cuando una comitiva de autos se acercaba a la última tranquera. Era Axl un poquito tarde. La policía comenzó despejar los alrededores menos a nosotros que, con la entrada como credencial, nos mantuvimos parados en la puerta viendo como el ídolo de nuestra infancia y de nuestra aventura ingresaba.

Atrás de ellos fuimos nosotros. Entramos al concierto que empezó enseguida. Otra gente que nos esperaba adentro escucho nuestra historia, nos sentíamos héroes al final. Pero es difícil que sin vivirlo lo entiendan

El concierto en sí fue menos intenso que la previa. Pero la emoción del momento elevó el nivel de percepción. No dejé de cantar y saltar. Poco me importo que Slash no estuviera ni que Axl no corriera como en los viejos tiempos. De pronto me volví fan de DJ Ashba y el recuerdo de mi niñez se hacía presente en forma de cassette.

… Use a little patience

Pero el momento por el que yo había esperado todo el día (sin ni siquiera saberlo) llegó. La euforia inicial quedó atrás cuando una guitarra acústica y un silbido me recordaban el sentimiento que más necesitaba en este momento de mi vida.

La letra de “Patience” ingresaba por mis oídos hasta el cerebro y el corazón. La voz de Axl me aconsejaba en el recuerdo de lo presente. Una epifanía se apoderaba de mi noche, curando las heridas e invitándome a regresar. Cambiar, madurar, vivir.

Concierto imperdible y único para mí. Una experiencia de vida que comparto con los que me leen. Regrese a escribir con este post, hoy 29 de Marzo. Regrese a la música, al fútbol, a los placeres de vivir cerrando una noche junto con Guns and Roses. Y nunca lo olvidaré

PD: el momento en video:

Fotos: Jorge Martinench / Euler Chipana

martes, 9 de marzo de 2010

¡¡¡ AEROSMITH !!!

Hay muchas bandas que he soñado ver en vivo; Aerosmith nunca estuvo en uno de esos sueños.
Confieso que siempre me ha gustado pero nunca se me ocurrio que podian pasar por aca. Es raro.
Cuando me enteré de la noticia ni siquiera tenia música de ellos en la computadora como para reforzar la idea y el recuerdo. Me cogió tan de sorpresa que solo atiné a reproducir los videos en mi mente (Alicia Silverstone incluida) y recordar las buenas epocas de MTV.
Fue un buen ejercicio porque me di cuenta que el recuerdo de la música de Tyler y compañía lo llevo grabado en la retina auditiva e incluso acompañados de las notas de la guitarra.
Hoy que ya asimile la idea de verlos recien puedo escribir algo. En realidad podria escrbir mas pero me ahorro palabras para ver si puedo venderlas en algun lado... Primera fila de hecho!!!