sábado, 28 de febrero de 2009

"La rumba del piano" (posteado por Renzo E.)

Alguna vez me pregunté si es posible querer a un objeto, es decir, sentir por él afectos humanos. A lo largo de mi vida he tenido diversos objetos personales, primero fueron los juguetes, con los que me divertía cuando era pequeño; luego, el nintendo y la infaltable pelota de fútbol con los cuales hice grandes amigos, ya entrando a la adolescencia, llegaron los libros, los cuales me permitían desconectarme del mundo por un momento, y tener aventuras inimaginables. Sin embargo, el objeto más preciado que tendré, es sin temor a equivocarme, una guitarra, sea la que sea, y es que para mí no es un objeto más sino una manera de compartir con mi hermano una afición que hasta hoy nos mantiene unidos, ya que aunque cada uno hayamos tomado rumbos distintos, sólo es necesario una guitarra para hacernos regresar a la niñez y comenzar a dialogar en el mismo lenguaje musical. Por eso coincido totalmente con Fito, respecto al amor que siente por su piano.

martes, 24 de febrero de 2009

1996

Cuando tenía trece años eran muchas cosas las que me emocionaban. En especial la música. Podía pasarme horas frente al radio o al televisor escuchando y, a la vez, grabando ya sea MTV o Doble Nueve.

Era una obsesión, lo admito. Pero también reconozco que mi necesidad de recolectar información musical era extrema en una época donde la buena música era lluvia y yo, cassettes en mano y sin Internet, debía arreglármelas para empaparme y bailar bajo ella.

Finalmente logre recolectar muchas cosas. Bandas que solo tenían un tema en la radio, otras que se renovaban con frecuencia. Todas insertadas en una parrilla musical que iba creciendo y que, ya con torres de cassettes y videos en la repisa, iba haciéndose avasalladora. Así, tan joven, ya había encontrado en esta “Investigación Musical” una vocación y una forma de vida.

Luego llegaron otras etapas. Cuando la televisión y la radio ya no eran suficiente fuente, me hice amigo inseparable de las discotiendas. También surgió el intercambio de información con otros “agentes musicales”. Luego, el disco compacto se hizo más popular y las cintas cromadas se encargaron de darle el toque analógico al que ya estaba acostumbrado. Respiraba música. Es más, hasta la sudaba.

Recuerdo con cariño muchos grupos que conocí en esa época. Billy Corgan y los Smashing Pumpkins, Oasis, Collective Soul, Green Day, No Doubt, Offspring, Foo Fighters, Cranberries, Bush, Counting Crows. Además de solistas como Alanis Morrisette, Sheryl Crow, Tracy Chapman y hasta R. Kelly. Y nombro solo algunos, a fuerza de no terminar convirtiendo este post en un catalogo.

Sin embargo, el 4 de setiembre de 1996 fue el día de la consagración de esta etapa. El Radio City Music Hall de Nueva York reunió a todas mis referencias musicales cuando fue el escenario de los MTV VMA. Una noche cargada de emociones y que vive en mi retina ya por trece continuos años.

Nunca sentí tan cercanos a los grupos que descubría cada tarde al regresar del colegio. Presentaciones en vivo de Oasis, Bush; Cranberries, Foo Fighters, Fugees, Hootie and the Blowfish, entre otros. Ademas, un recargado James Hetfield junto a la versión 1996 de Metallica y el inolvidable retorno de KISS (con caras pintadas) que me hizo recordar todos los momentos recogidos en este post.

Energía pura. Un sueño que desde el puente de Brooklyn se trasladará a Lima en Abril. Convirtiendo al Peru en parte de la “KISS Nation” y a este tema en el himno oficial del Rock and Roll

miércoles, 18 de febrero de 2009

Perú 0 - 0 Drexler

Hay cosas de las que te puedes arrepentir toda la vida. Puedes hacer algo cuyas consecuencias lamentaras por siempre o hasta que el tiempo se encarga de borrarlas. Pero las cosas que dejas de hacer, esas son las que ni el tiempo ni los cambios pueden desaparecer de la memoria.

El sábado 13 de Octubre de 2007 será siempre un día muy recordado para mí. Tanto así que recuerdo muy bien todas las cosas que hice y sobretodo las que no…

Amanecí muy temprano en el canal para el arranque de las Eliminatorias para Sudáfrica 2010. Jugábamos ante Paraguay y me tocaba hacer enlaces desde los paraderos de los buses que iban al estadio y luego seguir a la delegación rival desde su concentración, en el Swisshôtel, hasta su partida hacia el Monumental. Toda una previa cargada de expectativa de lo que podía dar nuestra aun esperanzadora selección.

El partido era a las 8 de la noche y el concierto de Jorge Drexler a las 9 pm. No había mucho que pensar. Definitivamente y, pese a mi extrema afición por el fútbol, la decisión de perderme el partido ya estaba tomada.

A las 6 de la tarde ya Uruguay goleaba 5 - 0 a Bolivia, en un partido que yo seguía por radio, mientras que Riquelme ya soñaba con hacer los dos goles de tiro libre en la victoria de Argentina sobre Chile. Yo estaba en el hotel esperando que Paraguay saliera hacia el Monumental para terminar mi trabajo con la partida del bus.

Y así fue. Minutos después el “Tata” Martino y los paraguas salieron silentes sin hacerle caso a al prensa presente. Era de esperarse. Me fui al canal a entregar unas cintas recoger mi carro y, claro, previa a mi huída hacia el Anfiteatro de la Católica tenia que pasar a saludar a mi abuela. Su cumpleaños es el 13 de Octubre, otro motivo por el que esa fecha se me hace inolvidable.

Torta, abrazos, fotos, “happy birthday to you…”. Eran ya las 8 de la noche. Comenzaba el partido y me quedaba una hora para llegar al concierto. Sonó mi celular.

Javier, un amigo del colegio que radica en gringolandia había llegado al Perú, y me había estado llamando todo el día a mi casa para invitarme a ver el partido, hasta que consiguió mi celular. No lo veía hace 5 años.

El plan era ver el partido con varios amigos del colegio y de ahí salir. Y esa opción triunfo sobre la de ir al concierto solo. Mas por la idea de estar acompañado antes que exponer, ante algunas letras de Drexler, los recuerdos y emociones que derivaron en esa soledad.

Fui a la casa de Javier. Remate al palo de Vargas, un inspirado Butrón y el sinsabor del 0- 0. Salimos. Reencuentro. Tragos. Algunas llamadas desconcertantes y otras alentadoras. De regreso a mi casa, el arrepentimiento. Las dos entradas enteras en la guantera del carro me recordaban que no fui a ver a Jorge Drexler. Y hoy, al escucharlo después de tiempo, lo lamento.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Don’t try this at home

Hablando de Gibson SGs y de otros sueños. Hay uno que aun se me ha quedado en el tintero y que recordé hace unos días mientras veía este video. En realidad no lo veía, lo había recomendado, insólitamente, cuando una amiga me habló de Santana. Así, mientras lo escuchaba de “reoreja” (que es como mirar de reojo) recordé este fragmento de infancia.

Es raro. Cuando me hablan de Carlos Santana nunca puedo hacer referencia inmediata con los grandes guitarristas de mi inventario personal (Eric Clapton, Jimmy Hendrix, Jimmy Page, B.B King). Al parecer mi subconsciente manda a Santana a un nivel distinto. O no quiere aceptar su talento o no puede asimilarlo por un mecanismo de defensa.

¿Mecanismo de defensa? ¿Yo escribí eso? Bueno, si. Tal vez haya una aproximación directa de mi actual y apologica relación musical con el maestro de la melodía mexicano y el sueño trunco al que evoca este post.

Tenía diez años cuando tome en serio la guitarra eléctrica por primera vez. De hecho ya había incursionado en la acústica unos años atrás, cuando con mi hermano ciframos con éxito las notas en las cuerdas derivándolas del piano donde si recibimos instrucción musical. Así, hubo un par de años donde fue suficiente rasgar notas y arriesgar con algunos arpegios incipientes. Hasta que apareció un cassette del “Sacred Fire” (1993) que mi tío trajo de Estados Unidos ese mismo año y que yo tome prestado para hacerle una copia.

Confieso que lo puse una y otra vez. Y eso me duro meses. Lo mismo pasó con mi hermano. No había vuelta atrás. La guitarra eléctrica de origen desconocido, esa misma que nunca había enchufado y con la que desde niño había jugado en la casa de mi abuela, se me hacia cada vez mas recurrente. Le puse cuerdas y la enchufe al equipo. Audífonos puestos y con el cassette de Santana empezó mi incursión.

“Samba pa ti”, “Guajira”, “Europa” fueron las primeras canciones con las que intentaba solear. No fue muy difícil sacar algunos fragmentos y casi algunos temas completos. Pero a medida que iba sumando mas temas al repertorio, mi memoria me hablaba ya de lo que seria una muy corta carrera como solista en la guitarra.

Siguiendo al cassette todo funcionaba. Pero al momento de dejarlo comenzaban los problemas, mi mala memoria y mi poca paciencia hicieron que abandonara poco a poco mi expedición melódica escudándome en las bases y luego en la distorsión y demás efectos. Incluso aparecí con otros instrumentos con los que olvidé definitivamente ese interés tan natural generado por la guitarra de Santana.

Admito, hecha la descarga de conciencia, que al ver este video hoy siento una admiración peculiar por ese sonido brillante, lleno de sustancia y precisamente distorsionado que tiene la guitarra de Santana. Ese sello que, pese a los años y a los cambios de equipos y de guitarras que ha tenido en su carrera, nunca ha cambiado y es indispensable en el imaginario de quienes (¿como yo?) algún día pretenden ser grandes guitarristas...

jueves, 5 de febrero de 2009

Bienvenidos al tren (again)

Para todos los que pensaron que el "Todo tiene su final" del buen Hector ya se habia adueñado de este blog, ahi les va el primer post del año. Un poco retrasado.... pero...ahi va....

Anoche tuve un sueño. Y es raro que yo lo recuerde. No soñaba asi desde mi inicio en este blog, pero fue demasiado intenso, casi real...

Depronto estaba en un cocierto de Sui Generis, que no era el de casi 10 años atras en el Monumental, sino era otro, actual y casi privado (ojala sea el presagio de una nueva unión de Nito Y Charly)

Todas las canciones que viven en mi retina auditiva cantadas por pequeño grupo de gente, entre tuertos, ciegos y reyes imaginarios... Luego, en medio de un tema Charly desaparce del escenario para aparecer en la la parte de atras del lugar con su Gibson SG Roja respondiendo al llamado de Nito.

Nito: Recoje tus cosas y largo de aqui. En nombre de cristo no quieras seguir.
Charly: Si nadie me acepta, ok ya me ire. Estoy esperando que llegue mi tren.

Explosion en el lugar - que aun no reconosco porque nunca antes estuve ahi- "Bienvenidos al tren" encendia al publico y mas a Charly que, luego de entonar esa parte que dice que si miente un poquito nadie lo perdonara, sale corriendo del local hacia las calles y sube a un auto (recuerdo una combi Vw de esas antiguas). Como esto se trata de un sueño no me pregunto como obtuvo las llaves ni mucho menos como lo encendio. Solo me remito a contar que una cuadra mas alla estrello su nave contra un vehiculo y, enseguida, bajo como todo conductor a responder por el choque.
Un personaje poco afortunado bajo del otro auto y no reconocio al gran Garcia, reclamandole como a cualquier "ser humano" por el accidente.

Hasta ahi llegan mis recuerdos como espectador. Luego entre en acción. Acompañado de mi hermano Renzo, a quien habia llamado desde el concierto casi al borde de las lagrimas porque, ahora que recuerdo, fue algo improvisado y me animo a decir que casual - como que ambos se encontraban en Lima y al pasear por algun lugar y ante el pedido de la gente se animaron a tocar unos temas. Ambos fuimos a socorrer al Maestro y ante la negativa del hombre del choque yo me quede solucionando la situación mientras que mi hermano y Charly huian. Desaparecieron de la acción. Yo seguia tratando de hacer entender a la policia que también aparecio en escena. Nunca lo logré y tras una llamada ya sabia el paradero de García.Huí.

Llegue a la noche de Barranco. Y lo primero que vi y escuche fueron las notas de Viernes 3am. vi la Gibson SG en manos de mi hermano y al Rey Midas cantando. Me meti al escenario tambien. No recuerdo que mas tocamos. Solo que desperte cuando ya entre lagrimas tenia notas de "she's a rainbow" de los Stones en versión de García y compañia.

Solo un sueño... lamentablemente.